Elecciones EE.UU: El futuro con Trump
- Solange Gutiérrez
- 11 nov 2016
- 2 Min. de lectura

Fue un 16 de junio del 2015 cuando Donald Trump anunció su candidatura frente a todos los medios de comunicación de la tierra del Tío Sam. Hoy, contra todo pronóstico, es el presidente electo de los Estados Unidos de América. Ni sus insultos hacia negros, latinos, musulmanes y veteranos, hicieron el trabajo inverso que muchos analístas creyeron. Trump, el magnate, la estrella de la televisión reality, el invitado de honor a las entregas de lucha libre de la WWE, ha sabido sacar provecho del temor del pueblo estadounidense.
La promesa del multimillonario es "Hacer América grande otra vez": ¿otra vez?. Si, porque para muchos estadounidenses (sus votantes, obviamente) la gran "América" ha perdido su esencia. ¿Cómo? En manos de extranjeros legales e ilegales, en la libertad de elección sexual y religiosa, en la "proliferación" de personas de raza negra y la apertura de mercado. Se han desatado conflictos sociales en lo que podría traducirse la búsqueda por recuperar los valores republicanos de su nación Sus seguidores sienten que la postura radical de Trump esta presente porque tiene un bien pensado plan para encaminar la fuerza y voluntad de todos ellos.
La ejecución del plan de Trump, si es que existe alguno, es lo que muchos no pueden avecinar. El discurso de victoria dado conocidos los resultados, fue sorpresivamente moderado. Reconoció que sus decisiones tendrán que hacerse en beneficio de todos los votantes. Pero con un pueblo tan dividido, satisfacer plenamente a todos es imposible. Un punto a favor, que no tuvo el presidente Obama, fue contar con el apoyo de ambas cámaras del senado. El poder republicano está presente hasta los miembros del tribunal supremo, dónde muchos grupos minoritarios sienten que empezaran a darse las primeras direcciones que pueden afectarlos porque estará conformado por un juez ultra conservador.
Ahora bien, el proyecto tuvo éxito en parte también porque Clinton falló. Pese a tenerlo "todo" para ganar: un rival con mucha antipatía, grandes aportes de dinero que superaron a los de su rival, el apoyo de estrellas de cine, músicos y múltiples líderes mundiales, no lo logró. Cabe la posibilidad de que se deba al respaldo tardío de Obama, haciendo que la ex secretaria de estado no atrape los votos de sus simpatizantes, aunque el voto anticipado ya advertía que la comunidad negra no apoyaría a Clinton con la fuerza necesaria. Por otro lado, aunque la retórica amenazante de Trump siempre existió, no tuvo la intensidad necesaria para captar al grupo hispano, el cual sólo la respaldo con un 65 % de su total. Sumemos que los escándalos también supieron debilitarla al refrescar la desconfianza que ya muchos electores tenían sobre ella por su labor como secretaria de estado. Entonces, con esta grande decepción, ¿podrá el partido demócrata recuperar el corazón de los votantes en un futuro próximo?
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